CON BREVES E ÍNTIMAS CEREMONIAS SE DIO INICIO A LA PAUSA DECRETADA POR LA MESA SOCIAL COVID-19, EN LAS CUATRO BARRERAS DE CONTROL SANITARIO DE TIRÚA

Con cuatro ceremonias breves e íntimas, como broche sencillo y significativo, este sábado y domingo, se comenzó a concretar el inicio de la pausa acordada por las y los dirigentes integrantes de la Mesa Social Covid-19, los que fueron realizados en las cuatro barreras de control sanitario de San Ramón, Casa de Piedra, Colcuma y Loncotripay – Los Maquis – Aillinco, donde se constituyeron por espacio de 5 meses ininterrumpidos, las aduanas autónomas que Tirúa abrazó como metodología para resguardarse entre todos y todas, contra este enemigo desconocido y letal llamado nuevo Coronavirus.Cargadas de sentidos testimonios y agradecimientos de diversa índole, representantes de quienes dieron vida a las barreras, junto al alcalde Adolfo Millabur, autoridades comunales y funcionarios municipales, cumplieron con el rito de comenzar con la suspensión acordada a este servicio voluntario de protección social, donde cerca de 500 voluntarios, entregaron de manera rotativa y sin pausas, su esfuerzo para poner freno, al eventual avance e ingreso descontrolado de la letal Covid-19, a la comuna de Tirúa.

PAUSA, ORGULLO Y AUTOCUIDADO

El alcalde Millabur, recordó que la decisión de las y los integrantes de la Mesa Social Covid-19, consideró, “las capacitaciones ofrecidas a la población; que, los contagios que hemos presentado, se produjeron afuera de nuestras fronteras, ya sea por motivos de fuerza mayor, de trabajo, de salud, o llegaron a través de familiares que retornaron porque su situación económica se vio resentida a causa de la pandemia, o bien, venían contagiados desde donde trabajaban; y porque, además, era muy necesario tomar un descanso, hacer una pausa, de este arduo trabajo que hemos realizado, en conjunto, durante 5 meses ininterrumpidos”, señaló.Además, el jefe comunal, no escondió su orgullo “por el trabajo, despliegue y coordinación de todas y todos, para sacar adelante la noble y necesaria misión de protegernos de esta enfermedad, de la manera que hemos visto”, recalcando que ahora, la responsabilidad “es individual, por lo que llamo a reforzar el autocuidado, pero si la situación de contagios se descontrola, volveremos a tomar medidas, pero de forma mucho más drástica y restrictiva”, enfatizó.

DIRIGENTES Y BARRERISTAS SATISFECHOS

Por su parte, en el sector Norte, Felipe Mena, uno de los jóvenes dirigentes involucrados en esta misión, compartió su sentir ante este descanso que se da a los controles sanitarios territoriales, resaltando ante todo que, “este fue un lindo trabajo, donde personas diferentes, pertenecientes a comunidades mapuche, organizaciones sociales, club de huasos, camioneros, pescadores, juntas de vecinos, iglesias y todos los que quisieron, nos unimos para cuidarnos unos a otros”, expresó.En tanto, don Néstor Parra, artesano, y también conocido por su personaje “El Chelín”, partícipe de este esfuerzo en la barrera de Colcuma, comentó que “muy pocas veces uno tiene la posibilidad de participar en una actividad como esta, que fue en beneficio de toda la gente, la ciudadanía que vive y está en Tirúa. Me gustó mucho la formación, la capacitación de parte de los dirigentes, de las comunidades y el poder llegar entre todos a una idea en común, que era el protegerse entre sí, y ante ese camino, la tarea era apoyernos, y por supuesto que quise estar ahí”, aclaró.Finalmente, cabe recordar, que este servicio voluntario, comenzó tímidamente a fines de marzo de este año, cuando dirigentes e integrantes de algunas comunidades mapuche y organizaciones sociales, inseguros ante esta amenaza letal, sobre la que existían más dudas que certezas, vieron la necesidad de hacerle frente, ante su inminente llegada al territorio, apoyando el trabajo que iniciaba el equipo de Salud municipal, en los accesos sur y norte de la comuna, que paulatina y progresivamente, involucró a unas 50 comunidades mapuche, organizaciones sociales, vecinales, culturales, deportivas, religiosas y gremiales de toda la comuna, generando la después llamada Mesa Social Covid-19, y convirtiéndose en un modelo admirado, destacado, difundido, seguido con atención y replicado como ejemplo, en diversas latitudes del país.

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